¿Te sientes identificado cuando otro expat o tú mism@ expresas que te sientes quemad@, desilusionado, y tremendamente agotad@ por vivir en el extranjero?.
Originalmente el burnout ha estado asociado al ámbito laboral pero poco a poco se fue ido desplazando a otros espectros de la vida como el parental, las relaciones de pareja en el caso qué nos ocupa la vida en el extranjero.
No podemos entender el burnout sin comprender dónde se inicia: un estrés mal gestionado.
El estrés es una relación particular entre la persona y el entorno, valorada por la persona como una situación que le sobrepasa y pone en peligro su bienestar.
Lazarus
Esta definición de Lazarus estrés, incide con la importancia de la evaluación que la persona hace de la situación difícil a la que ha de enfrentarse ya sea un trámite burocrático, un sentimiento desagradable o un pensamiento de preocupación .
Irse a vivir en el extranjero puede ser una experiencia de crecimiento personal enriquecedora y emocionante a muchos niveles. Sin embargo, su naturaleza basada en la transición y el cambio la convierte en un proceso desafiante y difícil que expone al expatriado a un esfuerzo físico, psicológico y emocional, así como a un proceso de integración social y cultural intenso.
Carlos Rodríguez
La frecuencia con que se experimenta el estrés migratorio varía de una persona a otra y depende de sus circunstancias. Sin embargo, hay una verdad que se aplica a todos: el estrés es normal. Forma parte de la vida. Más si cabe cuando se emigra. De hecho, los últimos datos afirman que las tasas de estrés con casi un 20% mayores en personas que viven en el extranjero en relación a los que permanecen en su lugar de origen.
A veces el estrés se puede evitar, pero a veces no. No siempre es negativo, el problema es cuando se gestiona mal y no tenemos estrategias de afrontamiento. Es entonces, cuando nos quedamos atrapados en modo lucha o huida cronificado lo que puede llevarnos a un burnout que ponga en juego la salud.
El burnout del Expat es un estado de agotamiento físico, mental y emocional acompañado de una disminución de la motivación y una espiral negativa constante causada por un estrés y expectativas mal gestionadas que resulta de la transición y los cambios significativos particulares que les suceden a las personas viviendo en el extranjero, así como de vulnerabilidades personales que subyacen ajenas al proceso migratorio.
Carlos Rodríguez
Cuando no se logran lidiar de forma constructiva a través de mecanismos de afrontamiento, dichas situaciones, sentimientos y pensamientos estresantes irán «llenando el vaso» de la personas hasta con el tiempo rebosar y convertirse en burnout.
El Burnout del migrante es una espiral negativa que lo invade todo y una serie de comportamientos desadaptativos que ponen en juego la salud de la persona
El burnout del migrante puede sucede en cualquier etapa de la experiencia migratoria: cuando acabas de mudarte, cuando llevas poco tiempo, cuando tienes ya una rutina establecida o incluso cuando tienes decidido volver al lugar de origen. Es un proceso muy sigiloso que puede afectar a las personas durante un período de tiempo.
¿Cuáles son los síntomas del burnout?
Una persona que sufre de burnout puede sentirse ansiosa, abrumada, frustrada, cansada, sola, desmotivada, aislada, irritada, avergonzada o culpable; puede afectar el funcionamiento diario de las actividades que lleva a cabo y todos los aspectos de la vida.
Pero algunos de los síntomas más representativos serían lo siguientes:
- Sensación continua de estar exhausto y sobrepasado por la demandas, gestiones y exigencias del día a día.
- Decepción y frustración con el estilo de vida que se lleva en el país de acogida.
- Una constante desmotivación y empuje para buscar alternativas
- Una baja valoración de las propias competencias que se pretenden desarrollar (principalmente a nivel laboral y de dominio del idioma).
- Sentimiento generalizado de desesperanza, apatía y pesimismo anta la idea de un cambio a mejor.
- Desconexión y falta de integración tanto con las personas autóctonas
- Pensamiento frecuentes de querer rendirte, abandonar o volver a casa
- Una sensación de falta de reconocimiento por parte del país de acogida que conlleva a sentimiento de negativos a todo lo que representa el lugar y las personas en el lugar de acogida.
- Una sensación alienada de sentirse en tierra de nadie y
- Sensación de nerviosismo con solo pensar en volver a mudarse a otro lugar como solución.

Estos síntomas no son todo o nada. Son orientativos y para algunas personas incidirá en unos más que en otros y en diferentes grados. El burnout tampoco es un síndrome o trastorno mental, es solo un estado generalizado de sentimientos y circunstancias que he ido identificando como profesional y tienen mucha relación con al burnout en su origen.
Como cada persona es única, diferimos en los factores que nos estresan, y en cómo y con qué intensidad experimentamos el estrés cada uno. Diferentes personas pueden reaccionar de forma diferente a un mismo acontecimiento en función de sus vulnerabilides, fortalezas, apoyos, experiencias, etc.
Algunas personas que acompaño identifica la causa de su dolor emocional en la soledad, otros más en la precaria situación laboral, otros en la decepción de haber cumplido las expectativas, otros en la falta de apoyo en el país de origen o situaciones de incomprensión por la condición de extranjero.
El burnout del migrante va más allá del estrés diario o laboral, es un agotamiento mental, emocional y físico causado por una gestión poco adaptativa del estrés cuando se vive en el extranjero.
Carlos Rodríguez
Como persona que vives en el extranjero, en algún momento sentirás todo como una montaña rusa emocional: grandes experiencias se alternan con sentimientos percibidos como negativos. Desde la adaptación cultural a la frustración, desde la dificultad para dormir hasta lo papeleos, desde la nostalgia a aprender el idioma, los migrantes son especialmente más sensibles al estrés por el tremendo cambio y esfuerzo de adaptación que supone.
Cuando sientas que el estrés está en un punto no demasiado constructivo o incluso si quieres prevenir momentos difíciles para amortiguarlos es importante que te pongas en acción, trabajes mucho tu autoconocimiento y trates de comenzar por priorizas aspectos fundamentales como el autocuidado, manejar las expectativas y rodearte de personas constructivas que te puedan ayudar o apoyar.
La primera pregunta es: ¿Qué te ha ayudado hasta el momento?
Algunas primeras medidas de afrontamiento básicas serían: el movimiento y el ejercicio, por ejemplo, pueden hacer que tu cuerpo se sienta bien y mejorar tu bienestar y autoestima. Los ejercicios de relajación pueden ayudar a conciliar el sueño, la nutrición puede contribuir a que el cuerpo esté menos inflamado, un libro o una película pueden transportarte temporalmente a otra realidad, un paseo por la naturaleza o la ciudad pueden ayudarte a «desconectar» de forma saludable, participar de un grupo o cursos, o visitar un profesional de la salud para orientarte.
Quizá ya se te han ocurrido otras ideas o tienes tus propios trucos pero si quieres descubrir más recursos puedes hacerlo en mi blog o en mi podcast puedes encontrar algunas más que espero puedan serte de ayuda en tu proceso para una mejorar la relación con tu estrés viviendo en el extranjero y no caer en un proceso de burnout que podrí en juego tu salud y perder los maravillosos beneficios que resultan de vivir en el extranjero.
Si necesitas acompañamiento psicoemocional especializado en personas que viven en el extranjero estaré encantado de ayudarte.