¿Qué apoyos necesita un padre y una madre Expat?

Criar en un país que no es el tuyo implica un triple reto: afrontar, aprender y gestionar lo que significa ser padre y madre, el de entender las dinámicas culturales asociadas a la crianza en el país de acogida y el de la gestión de todo ese proceso sin los apoyos necesarios. Y en este último quiero centrarme hoy: los apoyos que necesita un padre y madre migrante o expat.

Soy emigrado y padre de dos niñas pequeñas que nacieron en la ciudad que nos acoge: Múnich. Apenas llevábamos un año cuando mi mujer dimos la bienvenida nuestra querida primera hija. Todavía estábamos como aquel dice «aterrizando» en nuestro proceso de adaptación cuando el reto de ser padres vino como un regalo maravilloso y al mismo tiempo como un gran reto como padres migrantes.

He querido incluir al padre y la madre en esta entrada porque aunque la madre tradicionalmente es más sensible a este hecho, mi posicionamiento como padre implicado en la crianza de mis hijas y firme luchador por las mejoras sociales en todos los lugares para una crianza equitativa deben comenzar por incluirnos e implicarnos en más espacios. Pero esto no serán del todo posible si no tenemos el apoyo de las instituciones y hacer una transformación del rol de género masculino diverso y luchando firmemente contra la masculinidad tóxica.

Se que cada sociedad o cultura tiene su dinámica pero mis valores me empujan a hacer de esta entrada una cosa de dos aunque haré especialmente hincapié en la madre o partiré de la madre.

Muchas madres tenemos claro que el rol del padre está cambiando de un tiempo a esta parte. De la misma forma, el rol del padre, más activo, más presente y participativo que anteriormente, ayuda a redefinir el de la madre. De la misma forma el rol de la madre, dando importancia al auto-cuidado y a nuestra profesión (si así lo decidimos) también ha redefinido el del padre. 

Nereida Ordovás García

Una dificultad clave que implica criar viviendo en el extranjero

Hay muchas cuestiones pero si hay un denominador común que me encuentro tanto en mi vida personal, en el testimonio de otros migrantes y el mi atención como psicólogo a otros migrantes es la dificultad de la crianza cuando la familia y la red de apoyo está lejos y no se pueden disponer de ella cuando más la necesitas. Esto es así, hay que aceptarlo y lidiar con ello.

Un ejemplo de ello y que me animó a escribir esta entrada fue mi propia experiencia personal hace no mucho. Mi hija mayor estaba enferma en casa varios y mi mujer se comenzó a encontrar mal. Tras pasar por el médico de cabecera desde allí la remitieron a una operación de urgencia de apendicitis. En ese momento mi trabajo se pasa a un cuarto o quinto plano, debo recoger una una de mis hijas en el hospital porque estaba con mi mujer, a la carrera llevarla algo de ropa, temas de aseo, etc. Al mismo tiempo debía recoger a la pequeña del Kindergarten. A la cerrera te desdoblas con la preocupación e incertidumbre propia de una operación y cuidas a tus hijas los 3 o 4 días de hospital sin poder estar todo lo que quisieras acompañando a tu pareja.

Son en esos momento cuando vives esta situación donde echas en falta el apoyo no sólo logístico sino emocional más cercano. Estas situaciones las sacas adelante porque no tienes tiempo de pensar y pasas a la acción. La reflexión viene luego con planteamiento de si merece la pena quedarse o intentar ir a otro lugar con más apoyos o como construirlos en el lugar de acogida. Estas situaciones sobre todo con hijos de por medio son una de las razones que más empuja a los migrantes a volver si es que tienen esa posibilidad.

Otras situaciones recurrentes y muy duras que me encuentro, son generalmente las madres que emigran acompañando a sus parejas por motivos laborales. Y de pronto se ven en un lugar nuevo con hijos, o embarazadas o teniendo hijos en el extranjero sin tiempo de aclimatarse. El reto es supino porque por un lado debes lidiar con todo el cambio, luego con el idioma, luego con la soledad, con la falta de apoyos, burocracia y con construir una vida laboral. Esto último es muy peliagudo y motivo de mucha desafección por parte de muchas mujeres y de también hombres aunque en menor medida.

¿Qué tipo de apoyos necesitan las madres y padres para criar?

Quiero apoyarme para esta entrada en un serie de artículos e investigaciones enfocadas en las madres. Voy a respetar este hecho porque es científico y muy valioso pero aunque hable de madres me gustaría incluir a los padres que de alguna forma pueden sentirse identificados.

En general, las madres y los padres abordan la crianza de los hijos de manera diferente, desde cómo se relacionan con sus hijos hasta las preocupaciones que tienen sobre los desafíos que pueden enfrentar sus hijos, hasta el papel que juegan los padres en sus vidas. Este hecho varia según las culturas y dinámicas sociales. Genero y crianza es un gran tema y un interesante punto de partida para explorarlo es el reciente estudio Pew Research Center de 2023 sobre crianza.

De acuerdo con la reciente encuesta “Paterning in America Today ” realizada por Pew Research Center, alrededor de dos tercios de las madres consideran que la crianza de los hijos es más difícil de lo que pensaban, y casi la mitad de las madres dicen que ser madre es agotador la mayor parte o todo el tiempo.

Desgraciadamente muchos estudios y la evidencia nos dice que las madres:

  • Están más preocupadas de que sus hijos puedan experimentar problemas de salud mental o intimidación y ciertas amenazas a su seguridad física. 
  • Las madres también son más propensas que los papás a decir que ser padre es estresante y agotador todo o la mayor parte del tiempo. 
  • Y, en general, son más propensas que los padres a decir que se sienten juzgados por la forma en que crían a sus hijos
  • Las madres tienden a decir que hacen más que su cónyuge o pareja, mientras que los padres tienden a decir que comparten las responsabilidades por igual.

Una de las grandes claves que sabemos con la ciencia y la experiencia en la mano se cuestiona la perspectiva de que el bienestar de las madres se debe principalmente a su inversión en sus hijos y su papel como madres.

La importancia del bienestar de las madres y padres implicados en la crianza de sus hijos, reside en que existe un vínculo consistentemente fuerte entre el bienestar de las madres y su nivel de apoyo social.

Digamos que nos solemos apegar a que si invertimos tiempo en los hijos pero hay que mirar hacia los apoyos que reciben según sus circunstancias. Cuando esto sucede (más allá del estilo educativo compartido que sería otro debate) todo va mejor.

Parece que hay cuatro apoyos personales especialmente importantes:

  • Aceptación incondicional: ¿Te sientes vist@ y amad@ por la persona que eres?
  • Comodidad confiable: cuando estás profundamente angustiad@, ¿te sientes consolad@ de la manera que lo necesitas?
  • Autenticidad en las relaciones: ¿Cuánto del “yo” le muestras a los demás? ¿Es tu “yo exterior” muy parecido a tu “yo interior”?
  • Satisfacción con la amistad: ¿Qué tan satisfech@ te sientes con la frecuencia con la que visitas a tus amig@s?

Las mamás y papas que se sienten apoyadas personalmente tienden a sentir menos ansiedad, depresión, estrés y soledad, y más satisfacción y plenitud en la vida. 

Además, si las personas están satisfechas con sus cónyuges o parejas tienden a sentir menos estrés y vacío, y mayor satisfacción con la vida. Por lo que es un aspecto importante. Pero, aunque las relaciones con parejas y cónyuges son importantes para las mamás, no son las únicas relaciones que importan.

De hecho leí una reflexión muy interesante de uno de una de las investigaciones más importantes en psicología social que en el capítulo que explora las relaciones íntimas y vinculada al movimiento de lugares por motivos diversos sobre todo laborales afirmaba que:

Las personas cada vez están menos conectadas con sus comunidades locales y se mudan más en busca de empleo. Esta mayor movilidad significa que cada vez menos personas viven cerca de su familia. Muchos no se quedan en el mismo sitio el tiempo suficiente para construir grupos estables de amistades. ¿Quién esperamos que llene todos esos huecos? La persona que está a nuestro lado.

Marc Schulz y Robert Waldiger

Cómo construir su red de apoyo

El primer paso es reflexionar este universo social que tienes como apoyo y como construirlo. Un nuevo estudio realizado por Tuija Seppälä y sus colegas en Finlandia mostró que las mamás que se conectan a menudo con otras mamás en su vecindario tienden a tener un mayor bienestar. Las mamás que tienen contacto frecuente y positivo entre sí sienten que pertenecen más a la comunidad y, a su vez, sienten que reciben apoyo emocional, ayuda y consejos de sus pares. Además, aquellas mamás que se sienten apoyadas por otras mamás del barrio se sienten más satisfechas con su vida diaria.

Este hecho en las familias migrantes es muy importante. Antes de tener a nuestra primera hija estábamos solos, no teníamos a nuestra familia y nuestra red de amistades era nula. No nos dio tiempo. entonces al hilo de esta investigación hicimos algo muy útil y que aconsejo. Fue conectar con un grupo de padres y madres hispanohablantes en la ciudad de acogida. Este hecho fue determinante para estar mejor. En ese grupo, más allá de la amistad profunda que pudiera fraguarse, ayudó a sentirse acompañado, resolver dudas, recibir consejos útil y incluso pasar tiempo juntos en cumpleaños compartidos o excursiones. Sin esta red todo hubiera sido más complicado.

Por tanto tal vez a este hecho podría sumarse los consejos que ofrece en su libro reciente , Platonic: How the Science of Attachment Can Help You Make—and Keep—Friends , la investigadora Marisa Franco obre formas prácticas de cultivar amistades sea donde fuere al que he sumado algunos apuntes.

  • Pasar a la acción: busca un un entorno donde las personas se reúnan con regularidad, asume que puedes estar subestimando cuánto le gusta a la gente junarse, ábrete con las personas del grupo e invita a alguien a quedar contigo. Busca grupos, participa en cursos o pregunta a otras personas para saber donde está ese ambiente de intercambio. En nuestro caso hacer el curso para padres y madres en español en una asociación fue la puerta que se abrió a esas nuevas redes.
  • Mostrarse vulnerable: Aprovecha la oportunidad de compartir las «partes más verdaderas» de ti mismo. Esto muestra confianza y cariño hacia alguien, lo que puede invitarlo a mostrarte su capacidad de apoyar a mucho niveles. Si compartes algo que te inquieta aunque a veces sientas algo de reparo o fuerte vulnerabilidad te sorprende como muchas personas recogen el guante y te transmiten que ellas también pasaron por ello. Eso reconforta.
  • Encontrar formas de ser generoso: comparte una comida con alguien, ofrezca apoyo para ayudarlo con sus propios objetivos, pasa tiempo juntos o ayúdalo con algún asunto que a ti o tu familia te resulte más sencillo. Recuerdo como un padre del grupo se ofreció a traer a mis padres del aeropuerto cuando mi segunda hija era recién nacida o como apoyamos la mudanza de otras familias. EL apoyo mutuo es fundamental pero hay que pedirlo y ofrecerlo.
  • Mostrar afecto y atención: Salude a un amigo con cariño, hágale saber que está pensando en él y celebre con él sus buenas noticias. No vale solo con la parte práctica. Merece la pena estar pendiente de otros asuntos en los que las personas están implicadas no solo lo relacionados con los hijos e hijas. Este hecho hace construir la amistad y el apoyo más.

Por supuesto se pasarán muchos altibajos que deben ser experimentados de forma compartidas entre la pareja y con el apoyo de personas cercanas que a lo mejor no lo están tanto. Es importante que los familiares que están lejos entiendan las dificultades que supone crías lejos y lo doloroso que es a veces ver como los hijos crecen y no pueden disfrutar con personas queridas el tiempos que nos gustaría. Esto varía según casos y dinámicas familiares.

A lo que me refiero es que la crianza equitativa, la comprensión, afecto y respeto por quien lo está pasando peor y el rodearse de apoyos puede ayudarnos a construir la base de una crianza más sostenible ante el condicionante de hacerlo en el extranjero. Es cierto, todo cabe decirlo, que criar en el extranjero tiene otras ventajes pese a las dificultades de la falta apoyo y es que eres libre y menos influenciado por opiniones y creencias en relación a la educación de los hijos. O que tus hijos tienen el regalo maravilloso de hablar más idiomas o estar en diferentes entornos culturales.

Criar es una reto maravillosamente emocionante e intenso. Hacerlo en el extranjero no ofrece la dureza de la falta de apoyo pero también la oportunidad de estar atentos y construirla de forma más implicada y equitativa entre la pareja. Luchemos porque así sea. ¿no crees?

Imagen: Image by pch.vector on Freepik

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