El otro día estaba en el fisioterapeuta y compartimos una conversación que creo que es muy importante en relación a la salud psicoemocional y que además tiene una gran relación con nuestra sociedad actual.
En un momento dado me dijo parafraseando «mira Carlos tienes un deterioro en las dos rodillas y desgraciadamente vas a vivir con dolor cuando las flexiones de un determinada manera. Puede que una operación te ayude o tal vez no, pero la clave es ejercitar lo máximo posible para fortalecerlas y no dejar de hacer deporte adaptado que puedas a pesar de este problema. Eso te hará convivir mejor con ello y pese a momento de dolor puntual podrás seguir haciendo cosas que te gustan, descubrir otras, aceptar las que no puedas tanto y mejorar o no ir a peor tal vez con el ejercicio que te planteo».
Los mensajes que nos ofrece la sociedad actual sobre la salud mental
Actualmente nuestra sociedad con ciertos mensajes nos empuja a vivir con la obligación permanente de sentirnos bien y evitar los pensamientos o sentimientos vendidos como negativos para vivir una vida plena porque dicho sufrimiento ha sido etiquetado como anormal, negativo y inapropiado.
La búsqueda del dorado y la aspiración mítica actual de no sufrir nunca, ni por nada paradójicamente propicia el caldo de cultivo de que puedes sufrir más. Es un funcionamiento cultural o social actual que sin duda emite un mensaje claro bajo el lema base de «evita el sufrimiento para poder ser feliz». Una forma de comportamiento socio verbal que puede llegar a ser muy destructivo.
En mi opinión con mi experiencia como profesional y personal, he podido comprobar (y la ciencia también nos lo demuestra) que la cuestión clave creo que no reside en evitar, ausentar, aletargar, evadir o controlar tal o cual sentimiento o sufrimiento sino que la clave está en aceptarlo y relacionarte mejor con el. Es decir, ¿Qué haces con ese sentimiento o pensamiento?.

La clave de notar los sentimientos y aprender de ellos
Y aquí la autoconsciencia y el autoconocimiento son una vía de entrada a una mejor relación con ciertos sentimientos incómodos y tachados de inaceptables que merecen soterrarse en vez de «sentarse con ellos» para conocer que mensaje valioso nos están ofreciendo. Y con ello «sentirnos mejor» de una forma más natural regulando nuestra propia conducta y la de los otros.
Sin duda este fenómeno social bien orquestado como el de mantenernos constantemente consumiendo y produciendo del que unos son más responsables que otros, ha llegado a tal punto que ha desnaturalizado el sufrimiento asociado a sentimientos polarizados como negativos y anormales y que experimentarlo son una parte tan natural como la vida misma.
Algunas preguntas para reflexionar
Hago pausa para tomar aire y lanzar unas preguntas inspiradas en el psicólogo Kelly G. Wilson que creo son merecedoras de debate en relación a nuestra salud mental a la luz de la reflexión anterior.
¿Por qué cada vez es más frecuente que no se funcione bajo el lema «vive y te sentirás bien aunque a veces te sientas mal» y sin embargo se sigue cada vez más el lema de «tienes que sentirte bien para poder vivir feliz»? ¿Por qué no pueden convivir el hecho de «sentirse mal y estar bien»? ¿Y por qué puede ser tan destructivo evitar cierto malestar o sentimientos vendidos como 100% negativos?.
Kelly G. Wilson
Es un tema complejo porque impacta de frente con la construcción cultural imperante de que sentirse mal y creerse mentalmente sano no son compatibles. Chirrían demasiado en nuestra sociedad hedonista y pulida en la redes.
Evitación o aceptación y apertura
Sentimientos ubicados desacertadamente en el polo negativo como la tristeza, la angustia, soledad, rechazo, culpa, duda, decepción o miedo entre otros, son situados dentro de lo anormal y por tanto evitarlos a toda costa será la misión para poder sentirse feliz. Para ello usamos todo tipo de estrategias como distracciones, no participar en eventos, sustancias, una batería de tácticas de pensamiento y otros mecanismos.
La mayoría de estas estrategias te proporcionan un alivio a corto plazo de los pensamientos y sentimientos dolorosos. Pero, ¿se deshacen permanentemente de esos pensamientos y sentimientos no deseados, para que no vuelvan nunca más?
La mayoría de las veces, con la mayoría de estas estrategias, ¿Cuánto tiempo desaparece el dolor antes de que vuelva?. Está claro que algunos de estos métodos son útiles, si los utilizas de forma flexible, moderada y sensata, en cuyo caso, sigue utilizándolos.
Y una cuestión final: ¿Cuántos de estos métodos te alivian el dolor a corto plazo, pero te mantienen estancado o empeoran tu vida o tienen costes significativos a largo plazo?
No soy ajeno al resto del mundo aunque trabaje como psicólogo y es que todos intentamos evitar o deshacernos de los pensamientos y sentimientos difíciles de alguna manera. Tratamos de luchar literalmente contra el sufrimiento sin lograr mucho a largo plazo. Por lo tanto una posible meta es ser crítico con el mensaje cultural que dicta ese mensaje dudoso y por otra abrir nuestro mundo interior a aceptar y aprender a relacionarnos mejor y no dar la espalda con es parte natural de sentimientos que vamos a experimentar en la vida que es la de sentirse mal. ¿Qué opinas?
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