Un estudio sobre la relación entre la alta sensibilidad y la regulación emocional descubrió que las personas muy sensibles son más conscientes de sus sentimientos negativos que las menos sensibles, pero también les cuesta más regular sus emociones.
Primero, de acuerdo con otras investigaciones, estos investigadores encontraron que:
- Las personas PAS son más conscientes y tienen más emociones negativas (depresión, ansiedad, sentirse muy estresado) que otras personas.
- En segundo lugar fue que, entre muchas estrategias que nos ayudan a todos a regular y, por lo tanto, a relacionarse mejor con sus emociones negativas, las personas PAS tienden a hacer algunas menos.
¿Qué es la sensibilidad de procesamiento sensorial (SPS) o ser altamente sensible (PAS)?
La sensibilidad de procesamiento sensorial (SPS) se refiere a una diferencia similar a un rasgo en la medida en que los individuos procesan fuerte y profundamente una variedad de estímulos en el entorno.
Las personas altamente sensibles, procesan más profundamente los estímulos internos (sentimientos, pensamientos, sensaciones corporales) y externos (personas, ruidos, luz, olores), lo que puede llevarles rápidamente a sentirse sobreexcitados.
Las personas con SPS procesan los estímulos tanto internos como externos más profundamente que las personas que no son muy sensibles (Ahadi & Basharpoor, 2010 ; Jagiellowicz et al., 2010 ). Estos diferentes niveles de sensibilidad en combinación con otros factores pueden tener efectos sustanciales en la personalidad, el estado de ánimo y el estilo de vida general de un individuo (Aron & Aron, 1997 ; Croy, Springborn, Lötsch, Johnston y Hummel, 2011)
Esta intensidad emocional puede ser maravillosa pero al mismo tiempo correr el riesgo de ser abrumadora para las personas PAS, especialmente cuando están relacionadas con los sentimientos negativos o desagradables. Es por eso es tan importante desarrollar habilidades de regulación emocional.
Precisamente, el estudio sugiere en sus conclusiones que las técnicas terapéuticas centradas en la regulación emocional podrían tener algún beneficio para las personas altamente sensibles que experimentan síntomas de ansiedad o depresión (Trosper, Buzzella, Bennett, & Ehrenreich, 2009 )
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¿Qué es la regulación emocional?
La regulación emocional es la capacidad de cambiar y regular los propios sentimientos, sobre todo cuando son muy intensos y desagradables. El objetivo no es dejar de sentir o sentirse bien, sino mejorar la tolerancia de los sentimientos y la excitación emocional para no sentirnos indefensos y controlados por ellos.
Cabe decir que todas las personas aprendemos en la infancia a través de nuestro progenitores a regular las emociones. Las personas más influyentes en esa etapa nos mostraron cómo podemos afrontar nuestros sentimientos, que aprendemos e interiorizamos. Tienen un cracter inconsciente.
Lo bueno de la regulación emociones es que, independientemente de nuestra experiencia infantil en relación a esta regulación, si utilizamos conscientemente y desarrollamos ciertas estrategias, podremos seguir reforzando a lo largo de nuestra vida la capacidad para regular y relacionarnos mejor con nuestros sentimientos en otras etapas de nuestra vida. Este hecho es fundamental, igual que el hecho de que la influencia de la experiencia infantil tendrá una especial y gran influencia en las personas PAS adultas.
Digamos que el estilo de vida emocional que desarrollemos a lo largo de la vida influir negativamente o constructivamente en nuestra relación emocional. Y eso es motivador para lograr buscar un mayor bienestar psicoemocional con el rasgo que nos ha venido marcado de serie.
¿Qué estrategias tenemos a nuestra mano para mejorar la regulación emocional?
Tom Falkstein psicoterapeuta y fundador de European Centre for High Sensitivity algunas de las siguientes habilidades de regulación emocional pueden ayudar a afrontar mejor la sobreestimulación y los sentimientos intensos. Son apuntes y una base informativa. Según mi práctica pueden ser muchas más y cada una de ellas que apunta Tom Falkstein pueden ser un punto de partida muy interesante para hacernos una idea. Son las siguientes:
- La capacidad de percibir, diferenciar y nombrar tus emociones («Estoy enfadado», «Estoy disgustado», «Estoy decepcionado»).
- La capacidad de reconocer los factores desencadenantes y mantenedores de sus emociones («Me siento… porque…», «Siempre que hago…, entonces me siento…»).
- La capacidad de influir en la intensidad, duración y calidad de las emociones.
- El desarrollo de la atención plena y la aceptación al tratar con las emociones. (observar los sentimientos antes de actuar, aprender a tolerar los sentimientos; en lugar de decir «quiero/debo/no debería sentirme así», aprender a decir «siento…, en este momento, y está bien» o «siento…, y voy a seguir observando este sentimiento hasta que cambie»).
- Aprender a normalizar las emociones («Es normal y no es un problema sentirse así», «Otras personas se sienten así en este tipo de situaciones»).
- Aprender a reconocer mejor la conexión entre las necesidades emocionales básicas y las emociones («Me siento mejor en este momento porque…», «Cuando siento…, entonces necesito…»).
- Cuando se experimentan emociones negativas, aprender a ser comprensivo y afectuoso con uno mismo, empatizando con uno mismo y afrontando el propio sufrimiento o dolor de forma amable y compasiva, como se haría con un amigo («Estoy ahí para ti», «Esto no es fácil para ti», «Puedo sentir tu dolor», «No estás solo, estoy aquí contigo», «Dime qué te pasa»).
- Aprender a formar pensamientos alternativos y autocalmantes («Trata de mantener la calma», «Tómate esto con calma», «Un paso cada vez»).
- La capacidad de realizar cambios concretos en el comportamiento en distintas situaciones (es decir, hacer algo de forma consciente o específica para calmarse o para que la situación sea mejor o más tolerable para uno mismo).
- El uso de técnicas de relajación física (relajar el cuerpo, los músculos y la respiración cuando te sientes tenso o estresado).
- Mejorar en el uso de la imaginación (por ejemplo, recordando acontecimientos y situaciones pasadas que le dieron fuerza y le hicieron sentirse tranquilo, relajado y seguro, o recordando un lugar tranquilizador o una persona de confianza a la que asocia con sentimientos y recuerdos positivos).
El reto está en ser autocosciente, autoconocerse mejor y «entrenar» estrategias adaptadas a ti, a tu sensibilidad que realmente te sean útiles.
En mi práctica profesional he acompañado a personas altamente sensibles que viven en el extranjero a revelar o integrar este rasgo y la regulación emocional es un parte más de un proceso que pueda ayudarte a desplegar lo mejor del rasgo y regular esas parte más difíciles en función de tus circunstancias. Espero que te haya sido de ayuda.