Conciencia emocional o como comenzar a regular la montaña rusa emocional del Expat

La vida en el extranjero es en ocasiones como una montaña rusa emocional: experiencias apasionantes se mezclan con sentimientos desagradables y momentos de mucho estrés. Desde el choque cultural y la nostalgia hasta la burocracia y el dominio del idioma. Desde la adaptación al mundo laboral y la búsqueda de nuevas redes sociales hasta mantener el contacto con las personas que aprecias en el lugar de origen.

Con el cambio viene la incertidumbre, y con la incertidumbre vienen otros sentimientos: nerviosismo, frustración, abrumado, soledad, tristeza, enfadado o resentimiento son todas respuestas normales al cambio. Pero también se experimenta asombro, ilusión, descubrimiento, orgullo, realización personal, aprendizaje fruto de la nueva experiencia.

Por esa razón es tan importante cuidar la salud mente y construir una bienestar emocional lo más equilibrado para ello. Esa es mi labor como profesional. Es por ello que podido comprobar y la evidencia científica lo apoya, que la toma de conciencia emocional es uno de los primeros grandes pasos en el camino de la regulación emocional. Y por eso quiero compartir contigo un pequeño ejercicio que creo que puede ayudarte en cualquier momento y especialmente en esas situaciones que puede atravesar en tu viva en el extranjero.

Conciencia emocional

Decía el psicoanalistas Rollo May que: «la persona madura se ve capaz de diferenciar sentimientos en tantos matices, experiencias fuertes y apasionantes, o delicadas y sensibles como los diferentes pasajes de una sinfonía». Pero para muchos de nosotros, nuestros sentimientos son, en palabras de May «como las limitadas notas de un toque de corneta»

La experiencia nos demuestra que puede ser muy difícil decirnos a nosotros mismo y a los demás cómo nos sentimos realmente. De ahí que, cuando nos preguntan cómo estamos, la mayoría de las veces nos limitamos a decir «bien» “ok” “mal” “ahí vamos” “regular” “tirando”, sabiendo de que hemos proporcionado una idea vaga de todo aquello que en realidad sentimos. Tal queríamos decir algo más específico y claro como ¿Animado? ¿cansada? ¿inspirado? ¿desencantada? ¿apático? ¿calmado? ¿optimista? ¿Tenso?.

El problema no es de reticencia, sino más bien el conocimiento y vocabulario emocional. La incapacidad para ponerle nombre a lo que sentimos es señal de que aún no los hemos hecho comprensibles para nosotros mismos y ese es un trabajo muy importante por hacer para gozar de mayor salud emocional con nosotros y los demás.

¿Sabías que se ha demostrado que poner palabras a los sentimiento, o etiquetar afectos, tiene efectos reguladores en nuestras emociones y se llama granulidad emocional? ¿Y sabías que las emociones no están programadas ni son universales sino que son aprendidas?.

Es por esa razón pueden diferir de una cultura a otra. Y por esa razón el hecho de vivir en el extranjero pueden ofrecerte un vocabulario más rico que puedas integrar en el plano emocional.

Instrucciones del ejercicio

¿Sabes cómo te sientes ahora mismo? ¿O cuáles eran tus emociones hoy? Lo más probable es que necesitarías pensar en en ello y dar una respusta concruente y que tenga sensido para tí o para la persona que le transmites esa información emocional.

Esta hoja de ejercicios te permite registrar tus emociones a lo largo del día para mejorar tu conciencia emocional.

Ponte un recordatorio en el teléfono o en el reloj para dejar de hacer lo que estás haciendo tres veces al día. A continuación, piensa en la última emoción que has experimentado y responde a las preguntas de la página siguiente.

Después, piensa en la última emoción que has experimentado y responde a las preguntas que te propongo a continuación. Repite este ejercicio a diario y, con el tiempo, te ayudará a ser más consciente de lo que sientes y a expresar tus emociones con más claridad.

A menudo, es mejor no ver las emociones ni positiva ni negativamente, simplemente observarlas.

  • Día:
  • Hora:
  • ¿Qué nombre podrías darle a la emoción?
  • ¿Fue una emoción repentina o duradera?
  • ¿Qué acontecimiento o situación causó la emoción?
  • ¿Hubo alguna sensación corporal en esta emoción? ¿cual? ¿Dónde la sentiste?
  • ¿Qué pensamientos o creencias te vinieron a la mente en ese momento?
  • ¿Tus emociones te hicieron actuar de forma diferente a como querías?
  • ¿Qué información útil te ha proporcionado la emoción?

Espero que te ha sido de utilidad. Ya sabes que si tienes problemas en lidiar con tus emociona viviendo en el extranjero puedo ayudarte con mi acompañamiento psicoemocional.

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