El otro día fue con mi hija al museo y en la parada de autobús había una mujer con una niña pequeña que estaban hablando un idioma que no era el alemán ni algún otro que hablamos en casa: español y serbio. Mi hija me dijo «no hablan como nosotros o en el kindergarten«. Yo le pregunté que si quería que les preguntásemos y mi hija me dijo que si.
En ese momento no lo dudé mucho porque si lo hacía nunca le preguntaría. Pregunté a la mujer y nos dijo amablemente que hablaban húngaro. En ese momento comenzó una conversación espontánea muy agradable que podría haber durado un minuto pero que se extendió hasta que nuestros caminos se separaron veinticinco minutos más tarde en una estación de metro.
Este hecho me hizo reflexionar en dos sentidos: por un parte no tenemos una gran red social y por tanto cualquier contacto que podamos entablar que sea agradable suma y mucho y es muy importante para la salud. Las relaciones sociales son un claro ejemplo de bienestar social. Por otro lado el hecho de hablar con esta mujer me ayudó a practicar algo más mi alemán ya que no tengo muchas oportunidades de hacerlo.
Cada vez nos resulta más difícil hablar de forma espontánea con desconocidos. Y creo que es algo que me ha resultado muy útil en los últimos tiempos a pesar a que culturalmente o la barrera idiomática puede interrumpir este comportamiento.
La cuestión es que decidí indaga algo más en el asunto y descubrí cosas maravillosas sobre este acto sencillo y espontáneo del ser humano. ¿Me acompañas?

La importancia de los lazos débiles
¿Sabías que estas relaciones casuales y espontáneas se denominan lazos débiles? Es posible que tu amplia red de lazos débiles compuesta por conocidos casuales, e incluso completos extraños no te parezca importante, pero lo es y mucho.
En 1973, Mark Granovetter, profesor de sociología en la Universidad de Stanford, publicó un artículo titulado The Strenght of Weak Ties (la fortaleza de los lazos débiles). Se convirtió en uno de los artículos de sociología más influyentes.
Hasta entonces, los académicos habían asumido que el bienestar de un individuo dependía principalmente de la calidad de las relaciones con amigos cercanos y familiares. Granovetter distinguía entre lazos fuertes (amigos y familiares) y débiles (conocido casualmente y extraños) y su idea central fue que para la información y las ideas nuevas, los lazos débiles son más importantes para nosotros que los fuertes.
Entrevistó a 282 trabajadores. Pero solo una minoría consiguió el trabajo a través de un amigo cercano; El 84% obtuvo su trabajo a través de esas relaciones débiles, es decir, contactos casuales a los que veían solo ocasionalmente
las personas con las que pasas mucho tiempo nadan en la misma fuente de información que tú. Dependemos de forasteros amistosos para que nos traigan noticias de oportunidades de más allá de nuestros círculos inmediatos, por lo que cuantos más conocidos tengamos, mejor.
Mark Granovetter
Más allá del contexto laboral, en el estudio titulado Social Interactions and Well-Being: The Surprising Power of Weak Ties demostraron que lazos débiles están relacionados positivamente con el bienestar social y emocional. Es decir, que estos contactos breve pero agradables tienen un efecto directo sobre nuestra felicidad.
Entonces, ¿Por qué no lanzarnos a la aventura y conectar más con esos lazos débiles?
[Contenido relacionado: El apoyo social como pilar de bienestar]
Extraños en un tren
En el libro de Robert Waldiger y Marc Schultz leí esta interesante investigación.
Imagina que vas en un tren. A tu alrededor solo hay desconocidos. Te gustaría tener el viaje más placentero posible y, para ello, puedes elegir entre hablar con un extraño o quedarte en silencio. ¿Qué haces? Sabemos lo que hacemos la mayoría: nos quedamos en silencio con nuestras cosas. ¿Quién quiere tratar con un extraño al azar? Seguramente será un pesado. Además, queremos adelantar trabajo o disfrutar de algo de música o de un pódcast. Este tipo de predicción sobre qué nos hará felices se conoce en psicología como «pronóstico afectivo». Nos pasamos la vida haciendo pronósticos sobre cómo nos harán sentir las cosas, tanto grandes como pequeñas. Los investigadores de la Universidad de Chicago convirtieron su tren local en un experimento sobre pronósticos afectivos.
Robert Waldiger y Marc Schultz
La conclusión de la investigación sugiere que los seres humanos son malos en el pronóstico afectivo. Esto se debe, en gran parte, a que las relaciones pueden ser complicadas e impredecibles, y estas complicaciones son uno de los motivos que hacen que muchos de nosotros prefiramos la soledad.
Sobreestimamos las complicaciones, pero infravaloramos los efectos beneficiosos de la conexión humana.
Robert Waldiger y Marc Schultz
Otra razón para no hacerlo es que tenemos ciertas reticencias porque sentimos que podemos caer mal a la persona, que va a ser antipática o que no van a recoger el guante de hablar. Pero un estudio mostró que en realidad caemos mejor a las personas de lo que creemos, la gente tiende a ser más receptiva e interacciona más de lo que creemos.
El reto de hablar con alguien que no conoces.
Las interacciones de vínculo débil ocurren cuando estamos fuera de casa. Un estudio de 2016 , mostró que, independientemente de la nacionalidad o la edad, las personas que eran miembros de grupos como equipos deportivos o comunidades disfrutaban de un mayor sentido de significado y seguridad.
Entonces aunque nos sintamos raros en esta situación es bueno lanzarnos a la conversación espontánea y continuar tratando de encontrar formas de cultivar relaciones de vínculo débil. En realidad es como practicar un deporte, cada vez se te da mejor y lo haces con más naturalidad.
Carlos Rodríguez
Al día siguiente de la situación de la parada de autobús al salir de casa me crucé con mi vecino de al lado con el que jamás había cruzado palabra más allá del correcto Guten Morgen (buenos días) o Guten Tag (Buenas tardes) . Le vi que llegaba en bicicleta y llevaba puesto un maillot de un equipo mítico que tantas tarde de gloría ciclista nos regaló a los aficionados en aquellos julios calurosos viendo el tour de Francia. Y me puse a hablar con él, a contarle el vínculo con mi infancia y el me preguntó sobre mi afición al ciclismo y charlamos 5 minutos. Aquella persona que me daba algo de reparo para lanzarme, resultó ser muy agradable y aunque había una cierta barrare idiomática 5 minutos más de lazo débil y un momento de nostalgia suave y saludable fueron estupendos.
[Contenido relacionado: Anatomía de la nostalgia y su conexión con la vida en el extranjero]
Pero todo no es flor de Rosas. ¿Qué pasa si somos rechazados?. Según Sandstrom profesora de psicología en la Universidad de Sussex, quien dirigió una investigación muy importantes sobre los efectos positivos de las interacciones casuales frecuentes con extraños y conocidos indicaba el hecho de relativizar y hacer un ejercicio de empatía y aconseja preguntarse ¿Cómo sabes que te han rechazado?.
recuerda que no te conoce, por lo que no te están rechazando por quien eres”. Ella sostiene que la mayoría de las personas disfrutan estos momentos de conexión, así que vuelve a intentarlo y habla con alguien más.
Gillian M Sandstrom
Además puedes aprender algo
Parece que no somos consientes del nivel de aprendizaje que podemos extraer en estas conversaciones. Pero no solo eso, sino del simple hecho de tener conexiones de vida con otras personas y empatizar con ellas. Recuerdo que en mi conversación de con esta mujer pude conectar con su historia de expatriada y con la dificultad de criar solos a tres hijos. Además intercambiamos libros sobre literatura ya que ella era profesora y yo un amante de los libros de ficción. Además intercambiamos los contactos porque organizaba actividades para niños cerca de nuestra casa. Y todo ello mientras nuestra hijas jugaban alegremente.
La cuestión es que podemos sacar mucho provecho desinteresado empezando en el caso de vivir en el extranjero porque practicar el idioma que si no tienes mucha s oportunidades es oro.
Piensa en tu vida. En todas aquellas conversaciones asociadas a lazos débiles que te marcaron, te ayudaron, te nutrieron. Seguro que son muchas más de las que creemos.
Es cierto que hoy en día podemos hacernos una pregunta como se hace Juliana Breines en su artículo Are Some Social Ties Better Than Others? : ¿Vivimos en una era de lazos sociales superficiales, incapaces de una conexión humana genuina? Sin duda el contexto de redes sociales ha transmutado todo este enclave de redes sociales pero creo que son se profundiza un poco más allá del chute inocuo de la cultural del like, si miramos quien hay detrás de aquel perfil y el otro también podemos generar lazos débiles en la redes que podría sumarnos.
Desde nuestros amigos más cercanos hasta nuestros contactos más distantes en las redes sociales, los lazos fuertes y débiles que conforman nuestro capital social brindan la base de nuestra vida social y profesional y tienen el potencial de moldear nuestra salud y felicidad
Juliana Breines
La cuestión es que más allá de dónde merece la pena iniciar una conversación o intercambiar unas palabras con personas que no forman parte de nuestra red más cercana. Y esto es especialmente valioso con las personas que viven en el extranjero porque lidian con la soledad y la dificultad de generar nuevas redes sociales de forma más sensible por lo que un poco de conversación espontánea se doblemente agradecida.
Imagen: Image by rawpixel.com on Freepik