La culpa emoción consciente de uno mismo que se caracteriza por la dolorosa valoración de haber hecho (o pensado) algo que está mal y, a menudo, por la disposición a tomar medidas para deshacer o mitigar ese mal. Es distinta de la vergüenza, en la que existe además un fuerte temor a que los propios actos sean expuestos públicamente a juicio o ridículo.
En otras palabras, es una respuesta emocional que acompaña a sentirse responsable de un resultado o pensamiento. Cómo cualquier sentimiento no es negativo o positivo porque todos nos aportan un mensaje valioso.
No hace mucho, no recuerdo donde leí que la culpa era un sentimiento que había desarrollados evolutivamente hace muchos siglos los seres humanos par evitar ser expulsados de la tribu. Y en parte el sentimiento de haber hecho algo mal no ponía en alerta para rectificarlo y tomar medidas. Ser expulsado de la tribu suponía tal vez no sobrevivir. Ciertamente el mundo ha cambiado mucho y nuestra relación con la culpa en esencia sigue siendo la misma pero su utilidad y complejidad es mayor.
Es un tema que da para mucho y con muchas aristas por tratar pero como hice en otro artículo con un ejercicio práctico titulado cómo afrontar la culpa a través de la escritura quiero sumar alguna aclaración y otro ejercicio propuesto por la doctora Lynn Margolies en su artículo How to Tell What Your Guilt Means, and Turn It Around y que me pareció muy interesante y útil.
¿Cómo distinguir culpa sana e insana?
Según la doctor MArgolies, la culpa sana es una señal procedente del yo, tiene una sensación, un carácter y un impacto diferentes a los de la culpa infantil interiorizada. La culpa sana puede conducir a la resolución del conflicto interior al recordarnos quiénes queremos ser y facilitar las elecciones que están al servicio del amor propio y la integración psicológica.
Por el contrario, la culpa malsana, impulsada por la ansiedad e impuesta por otros, desencadena conflictos internos insidiosos y dudas sobre uno mismo y mantiene a las personas atrapadas en el pasado. Estos estados destacan por su guión repetitivo, su rigidez y su incapacidad para conducir a una resolución positiva. En lugar de que la culpa sea «autogenerada» y autodirigida, aquí las personas reexperimentan un estado mental pasado en el que se sentían controladas y atadas a los demás, a menudo sin ser conscientes de que están atrapadas en el pasado.
Podemos distinguir la culpa sana de la culpa internalizada malsana aprendiendo a reconocer la diferencia en cómo se siente cada una, sus desencadenantes y su impacto en nosotros. Una vez que podamos distinguirlas y sepamos qué medidas tomar en ambos escenarios, podremos facilitar el impulso positivo, el crecimiento psicológico y la recuperación en nosotros mismos y en los demás.
Lynn Margolies Ph.D.

Libérarse del control que ejerce la culpa y el miedo infantil
Cómo afirmaba Tiffany Watt Smith «No es tanto una cuestión de hacer desaparecer la culpa si no de convivir con su runrún de fondo». Para romper con los patrones habituales, se requiere tomar una nueva acción, hacer algo diferente y más difícil, para tener éxito. Y por tanto aquí van cuatro pasos que pueden ayudarte a ello.
- Practica la percepción de las reacciones basadas en el miedo y sus características distintivas. Estos estados, provocados por la idea de decepcionar a alguien, pueden adoptar la forma de miedo/ansiedad anticipatorios, rumiación incesante, dudas y culpabilidad.
- Identifica y señala estos estados, etiquétalos como «flashbacks» emocionales que señalan una falsa alarma que ya no es útil ni válida.
- Intenta observar este estado y convivir con él (en lugar de intentar deshacerse de él).
- Desafía su instinto por defecto de apaciguar a alguien, empezando por una situación «fácil». Por ejemplo, cuando sientas la tentación de complacer a alguien para evitar su desaprobación, en lugar de hacer lo que es correcto para ti, habla claro, con comunicación no violenta y arriésgate al hecho de decepcionarle. Prueba a ver qué pasa y permite que se produzca una «actualización de software».
Culpa y vivir en el extranjero
Muchas de las personas que me leéis habéis emigrado y este hecho supone un reto en el que la culpa tiene sus particularidades al hecho de vivir en el extranjero. Por lo que si es tu caso tal vez te interese escuchar un episodio de mi Podcast Psico-Expat titulado: El Sentimiento de Culpa, la Migración y 10 posibles causas