«Debo trabajar duro», «Tengo que ser un buen padre o madre» «Debo ascender en el trabajo este año» «Debo ser amable con mis compañeros» «no tengo que mostrar debilidad» «debo hacer deporte todos los días de la semana» «Debo comer sano» «No debo expresar mis sentimientos en público» etc.
¿Qué tal estás? Espero que lo mejor posible. En mi nueva correspondencia quiero comenzar con algunas afirmaciones
¿Te has parado a pensar cuánto de tu vida está pautada por la palabra debería o tendría que?. La mayoría de nosotros dedicamos una cantidad excesiva de tiempo y energía a hacer y ser lo que pensamos que deberíamos o tendríamos que hacer y ser. ¿No crees?.
Todas estas estructuras basadas en el «debo» y «tengo que» están muy presente en nuestro día a día mental y suelo llamarlas la «tormenta» de los deberías.
«Debería» y «tendría que» son «pequeñas» palabras que puede llegar a tener un gran impacto en nosotros ya que influyen de manera notable en nuestros sentimientos y comportamientos.Parecen frases innegociables, duras, categóricas e incluso impulsadas por el miedo, la culpa o la vergüenza. Detrás de ellas puede haber expectativas poco realistas sobre nosotros mismos, sobre los demásy las circunstancias que pueden llevarnos a sentimientos de decepción, frustración y fracaso muy nocivo.
Párate a pensarlo. ¿Cuántos «deberías» o «tendrías» te has dicho a los largo del día? ¿Cuándo han supuesto un lastre innecesario? ¿Cuándo iban en contra de tus valores o de lo que realmente querías hacer o ser?. Tal vez sea difícil ser consciente de ello pero nuestras vidas están repletas de «deberías».
Su abuso y rigidez se convierten en una especie de tormenta silenciosa e inconsciente que nos atrapa y que podría deteriorar el bienestar psicológico dejándonos agotados.
Un ejemplo. La afirmación «Tengo que ser puntual». No es malo ni bueno, sencillamente el hecho de no ser flexible cuando suceda una adversidad que hagan que no se cumpla, es la parte clave que marca la referencia de su impacto en el bienestar psicológico.
¿QUÉ SUPONE VIVIR EN LA TORMENTA DE LOS DEBERÍAS?
Me gusta la aportación de Robert Taibbi, que afirma que vivir deberías demasiados rígidos, nos lleva a:
- Sentirnos fácilmente confundidos. A menudo, los deberías entran en conflicto entre sí: debes ser amable con los demás y al mismo tiempo no debes dejar que la gente se aproveche de ti.
- Sentir culpa. En muchas ocasiones los deberías son reglas que heredamos de otros: la familia o la cultura. Las sientes como reglas escritas rígidas y cuando las rompes, te sientes culpable.
- No saber lo que quieres. Las personas con deberían muy presentes tienden a ser embriagadoras, analíticas, a menudo ansiosas y desconectadas de sus vidas emocionales y su valores.
- No estar viviendo tu vida. Debido a que se sigue la hoja de ruta de otra persona, no estás siguiendo la tuya propia.
El primer paso para recuperarse de un hábito de «debería» es tomar conciencia de nuestras reglas personales y utilizarlas en lugar de dejar que ellas nos utilicen es un proceso esencial.
Ojo, no significa desafiar o deshacerse de las normas personales. Se trata de lograr hacerlas más flexibles y por tanto menos rígidas y automáticas.
Aunque estas reglas pueden ayudarnos a tomar decisiones y a guiar nuestro comportamiento, también pueden provocar emociones negativas, como la vergüenza y el estrés, cuando se rompen.
PUNTOS CLAVE
La idea principal que me gustaría transmitirte antes de proponerte un ejercicio es la siguiente:
- La de ser consciente que las normas personales que nos «imponemos» o «nos imponen» son solo palabras y no hechos irrefutables.
- Qué en ocasiones pueden alterar o ir en contra de nuestros valores personales
- Que el sufrimiento a menudo no se debe a lo que somos, sino a lo que creemos que debemos ser o tenemos que ser.
- Aceptar una transgresión de las normas personales por la razón que sea y aceptarlas puede ofrecer una gran dosis de autonomía.
Vamos a intentar relacionarnos mejor con esas reglas. Te propongo el siguiente ejercicio:
EJERCICIO: IDENTIFICANDO REGLAS PERSONALES
Paso 1: Identificar las reglas.
Intenta anotar en el mayor número de reglas personales que utilizas. Atención a «deberías» camuflados en preguntas como por ejemplo ¿Por que no soy menos tímido?» en donde se esconde un «debería ser menos tímido».
Paso 2: Analiza la regla
Para cada regla responde a estas preguntas:
- ¿Con qué rigidez aplicas esta regla (1-10)?
- ¿Qué importancia tiene esta regla para ti?
- ¿En qué medida contribuye esta regla a tu bienestar?
- ¿En qué medida esta regla está alineada con tus valores actuales?
Paso 3: Romper las reglas
Revisa de nuevo la lista de tus reglas. Y te propongo las siguientes preguntas preguntas.
- ¿Cuáles de estas reglas tienen actualmente un efecto más negativo en tu bienestar?
- ¿Cómo obstaculizan tus aspiraciones, retos, valores o metas?
- ¿Qué puedes hacer para romper/desafiar estas normas o reducir sus efectos?
Paso 4: Evaluación
Si has logrado romper o desafiar una o varias reglas, te propongo evaluar el proceso:
- ¿Qué experimentaste cuando rompiste/desafiaste la(s) regla(s)?
- ¿Qué sucedió o qué pensamientos y/o emociones experimentaste como resultado?
- ¿Cómo has afrontado estos resultados/pensamientos/emociones?
- ¿Con qué rigidez aplicarás la(s) regla(s) a partir de ahora (0-10)?
- ¿Qué has aprendido de este ejercicio? 🙂
Nancy Colier
Para terminar me gustaría terminar con esta reflexión de la psicoterapeuta Nancy Colier:
En un esfuerzo por ser vistos como buenos padres, buenos socios, buenos amigos, buenos trabajadores, buenas hijas e hijos y simplemente buenas personas, aprendemos a funcionar con un indicador por encima de todos los demás. El deber se convierte en nuestra manera de ser amados. Como adultos, operamos desde un sentido de deber de tal manera que dejamos de preguntarnos, sentirnos conectados, expresar o actuar desde lo que queremos. Terminamos desconectados de nosotros mismos, de nuestra vitalidad y autenticidad; acabamos sin ataduras de lo que realmente queremos y necesitamos. Terminamos fundamentalmente agotados.
¿Dónde se encuentra el equilibrio entre el deber coherente y sostenible con las personas y circunstancias y el querer auténtico que te proporciona una vida alineada a tus valores y de autocuidado para una mejor relación contigo mismo y con los demás?
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